Batería

Quizá la batería sea uno de los instrumentos más conocidos de los que forman la familia de percusión. Su principal característica es la de colocar juntos varios instrumentos que pueden ser tocados individualmente, pero que al unirse permiten al músico tocarlos todos como si fuera una sola unidad.

¿De qué se compone la batería?

Aunque la batería presenta uno de los aspectos más reconocibles dentro del mundo de la música (¿quién no ha visto en algún concierto alguna en plena acción?), es probable que las partes de que se compone sean menos conocidas.

De manera general, la batería suele tener los siguientes elementos fundamentales:

  • Bombo: el bombo tiene el timbre más grave y de mayor proyección de todo el conjunto. Se toca con el pie mediante un mecanismo de pedal que articula una maza, aunque en algunos modelos podemos encontrar dos pedales que permiten una mayor velocidad de ejecución. 
  • Caja: usualmente tiene una función de marcaje de los compases y se caracteriza por el parche de alambres finos que lleva en su zona inferior, cuya finalidad es la dotar a la caja de su característico timbre semejante a un zumbido.
  • Toms: van montados sobre el bombo, suspendidos mediante una estructura metálica, situándolos justo por encima de la caja, enfrente del músico. Cada uno de los toms puede tener un timbre distinto, lo que aporta versatilidad sonora a los marcajes rítmicos.
  • Platillos: hay numerosas configuraciones de platillos, que van desde los de tamaño diminuto (apenas 5 pulgadas), hasta los platillos tipo gong, que alcanzan las 60 pulgadas. En la batería encontramos dos tipos de platillos: por un lado, los de tipo gong se suspenden por encima de conjunto gracias al soporte sobre el que van instalados. Por otro, los platillos hit-hat, donde un mecanismo de pedal provoca la caída del platillo superior sobre el inferior.
  • Pedales: se utilizan para controlar con los pies los platillos hit-hat y el bombo. Aunque generalmente suelen ser sistemas compuestos por un solo pedal, en ocasiones podemos encontrar baterías con dobles pedales para controlar el bombo o los platillos, lo que permite aumentar la velocidad de ejecución, consiguiendo efectos rítmicos imposibles de lograr con el pedal simple.
  • Baquetas: se trata de las varas de madera (las hay fabricadas en fibras o metal), con grosores y longitudes variadas, que utiliza el músico para golpear cada uno de los elementos que componen la batería. El peso de las baquetas condiciona el tipo de música a la que se destinan y generalmente las más pesadas se utilizan para la música Hard Rock o Metal, por la contundencia que ofrecen, mientras que las más ligeras son ideales para estilos com el jazz o el blues, ya que su golpe es más suave. Además de las baquetas, el instrumentista puede utilizar escobillas que, gracias a los pelos que presenta en uno de sus extremos, permite tocar con efectos sonoros de mayor suavidad. No existe una norma acerca de cuál debe ser la baqueta que el instrumentista tiene que utilizar y cada cual suele emplear aquellas con las que mejor se siente.

Breve historia de la batería

Aunque los instrumentos de percusión son considerados de los más antiguos, el origen de la batería data del año 1890, cuando se unieron varios instrumentos de percusión distintos (como la caja, los platillos y el bombo), para permitir que diferentes efectos rítmicos pudieran ser tocados por un solo músico. Antes de esa unificación, los instrumentos que integran la batería eran tocados individualmente, de modo que se necesitaba un músico para cada uno de ellos, hasta que el músico de origen alemán Wilhelm F. Ludwig inventó el pedal para bombo y allanó el camino hacia la unificación completa de los instrumentos de percusión.

En sus inicios, la batería tan solo tenía una cierta similitud con las que conocemos hoy en día. Además, su papel dentro de los grupos musicales era poco relevante y se limitaba a marcar el ritmo, de un modo similar a como hace la sección de percusión en las marchas militares.

El desarrollo y la evolución de la batería siguió las exigencias rítmicas que imponía la música del momento. Así, la batería inició su auge, y ya en la década de los años 30, comenzó a destacar en la música de baile.

Poco a poco, la evolución del instrumento permitió aumentar la variedad de ritmos posibles, lo que supuso una mayor versatilidad de la batería.

Su época de mayor esplendor se inició con la llegada del rock and roll, donde su papel destacado popularizó en gran medida el instrumento.

Precisamente, gracias a las influencias que recibió del rock and roll, del blues y del jazz, su configuración fue mejorando, con el claro objetivo de alcanzar metas rítmicas cada vez más complejas, hasta llegar a la batería que conocemos hoy en día.

Actualmente, la batería forma parte de la práctica totalidad de las agrupaciones musicales y se utiliza en estilos muy variados, que van desde el jazz, pasando por el pop, el rock and roll, el hard o el heavy metal, entre otros. Incluso podemos encontrar a la batería como instrumento integrante de las orquestas sinfónicas cuando las obras a interpretar así lo requieren.