Clarinete

El clarinete es un instrumento de la familia de viento-madera con uno de los timbres más bellos y una versatilidad y agilidad difícilmente igualables, lo que lo convierte en un instrumento idóneo para pasajes solistas dentro de la música sinfónica y orquestal.

Conoce el clarinete.

El clarinete es uno de los instrumentos más importantes dentro de aquellos que forman la familia de viento-madera. Utiliza una lengüeta hecha de caña para producir el sonido, aunque a diferencia del oboe o el fagot (dos de los instrumentos que también utilizan una lengüeta en su embocadura), se trata de una lengüeta simple, frente a la doble aquéllos. El cuerpo del clarinete se puede fabricar en distintos materiales, generalmente en madera (de ébano) en las gamas medias y altas, o utilizando ebonita y ABS en las gamas más inferiores.

Su nombre deriva del término clarín, que designaba, antiguamente, una clase de trompeta de registro agudo.  Una de las principales características del clarinete es su timbre rico en matices y las amplias posibilidades expresivas. En opinión de muchos expertos e intérpretes el clarinete es, junto al violín y la flauta, el instrumento más ágil de la orquesta.

El clarinete es uno de los instrumentos de la familia viento-madera con la extensión más grande en su registro (abarca casi cuatro octavas en el caso del clarinete soprano, o incluso más de cuatro en los modelos de clarinete bajo ampliados), así como una gama de matices y una versatilidad únicas.

Tanto ese registro como su versatilidad, lo convierten en un instrumento capaz de producir curiosos efectos sonoros.

Dentro de la técnica específica del instrumento, los efectos más relevantes contribuyen a generar ambientes musicales, sobre todo dentro de la orquestación sinfónica, sumamente peculiares.

Entre los efectos sonoros más conocidos destacan: el trino, el glissando, como los más clásicos, pasando por la respiración continua (curiosa técnica que impide interrumpir el flujo de aire para respirar, de modo que el sonido se emite sin cortes), o el vibrato, entre algunos otros.

Partes del clarinete

Partes del clarinete

En la actualidad el clarinete consta de 5 partes diferenciadas:

  • Boquilla: parte donde se coloca la lengüeta (caña) y por la que se introduce el aire. Es la parte del instrumento que entra en contacto con los labios del intérprete. Aunque las primeras boquillas eran de madera, en la actualidad, generalmente, se fabrican en ebonita (un material resultante del caucho vulcanizado con azufre, que posee buenas cualidades acústicas), aunque existen algunas boquillas que utilizan el vidrio como material de fabricación.
  • Barrilete: es el pequeño cuerpo cilíndrico que sirve de enlace entre la boquilla y el cuerpo superior del clarinete. A pesar de su aparente sencillez, se considera una pieza muy importante cuya repercusión en la sonoridad y el timbre del clarinete son claves a la hora de conseguir un sonido con personalidad. Su tamaño oscila entre los 64 y os 67 mm. Pueden fabricarse en ebonita, o en madera. La diferencia entre ambos materiales se puede percibir en el sonido que ofrecen, ya que, en el caso de la ebonita, produce un sonido más brillante y claro, mientras que, en los barriletes de madera, su mayor espesor y peso contribuyen a que el sonido sea más denso y aterciopelado.
  • Cuerpo superior: parte en la que el instrumentista asienta su mano izquierda y donde encontramos una parte del mecanismo del clarinete En el cuerpo superior encontramos la llave número 11, que es la encargada de producir el cambio de registro en el clarinete. Las notas que corresponden a esta parte del clarinete suelen ser más claras que aquéllas producidas en el cuerpo inferior debido a su cercanía con el barrilete y la boquilla.
  • Cuerpo inferior: parte en la que el instrumentista asienta su mano derecha y donde encontramos una parte del mecanismo del clarinete. Se encuentra entre el cuerpo superior y la campana. Sus notas tienen un timbre más oscuro y aterciopelado, en comparación con los sonidos producidos en el cuerpo superior.
  • Campana (o pabellón): Se encuentra en la parte inferior del instrumento. Se trata de una pieza con forma acampanada y cuya función acústica proyecta con mayor eficacia el sonido. Además, contribuye a una mejor emisión de los tres sonidos más graves del clarinete, así como a la afinación de los mismos.
  • Caña: se trata de la lengüeta que está en contacto con la boquilla, sujeta a ésta mediante la abrazadera, una pieza de metal, o cuero, que constriñe la caña contra la pared de la boquilla donde se encuentra la abertura biselada que permite el paso del aire hacia el interior de los tubos del clarinete. Está fabricada por cañas cultivadas en la zona mediterránea, sobre todo en Francia (las de mayor reputación), Italia y España. Cada caña es diferente y requiere de la intervención del intérprete para encontrar aquella que mejor se adapta a sus características de embocadura o a sus gustos sonoros. Es uno de los elementos de vital importancia a la hora de conseguir un sonido adecuado y de gran calidad.

Tipos de clarinete

Con el tiempo, se han desarrollado numerosos tipos de clarinetes en un intento por alcanzar otros registros musicales ajenos a aquellos registros posibles con el modelo de clarinete original.
Así, hemos visto que dicha evolución nos ha dejado una familia de clarinetes compuesta a día de hoy por 5 miembros perfectamente diferenciados:

  • Requinto: afinado en mi bemol, se caracteriza por ser una copia a escala del clarinete más convencional. Se desenvuelve con facilidad en los registros agudos. Sin embargo, su uso se limita a la música de banda y a algunas obras dentro del repertorio clásico de orquesta. Con un sonido claro y agudo, sus intervenciones suelen destacar en los conjuntos musicales, a las que aporta un aire de frescura y brillantez.
  • Soprano: el clarinete más utilizado y versátil, afinado en si bemol y en la. Se trata del clarinete más conocido, con un registro realmente amplio. Se utiliza en un abanico de estilos musicales distintos que abarcan desde los estilos sinfónicos orquestales, hasta la música de jazz. También destaca como instrumento solista y puede ser un miembro clave en algunas formaciones de música de cámara.
  • Alto: afinado en mi bemol, se trata de un clarinete de cuerpo más voluminoso. Destaca su cuello curvado, que lo asemeja un poco al saxofón. Su registro grave no aporta, sin embargo, toda la versatilidad de su hermano menor, el clarinete soprano.
  • Bajo y contrabajo: se trata de clarinetes claramente enfocados hacia la ejecución de melodías y efectos sonoros caracterizados por notas graves con cualidades acústicas un tanto sedosas y opacas. Su uso no está muy extendido y prácticamente queda reservado para algunas composiciones orquestales de estilo clásico. Aunque no es raro verlo formar parte de las orquestas sinfónicas, junto al clarinete en si bemol y en la, ambos sopranos.
Detalle del mecanismo del clarinete

Historia del clarinete

Existe documentación histórica que data el origen del clarinete en sociedades primitivas del medio oriente, donde utilizaban un palo de caña al que se le realizaba un corte en su extremo superior y una serie de agujeros a lo largo del cuerpo para permitir modular las diferentes notas.

Posteriormente, durante los siglos XV y XVI se creó y desarrolló en Francia el chalumeau, que constaba de 7 agujeros repartidos a lo largo del cuerpo del instrumento, y llegó a ser muy popular en los ambientes musicales de la época.

El chalumeau continuó desarrollándose, añadiendo mayor complejidad a su diseño inicial, con el fin de aumentar su registro y conseguir una mayor versatilidad. Esta evolución en el diseño dio origen al primer clarinete propiamente dicho, dotado ya de una serie de llaves (aparte de los agujeros propios del instrumento original) facilitando la ejecución de los diferentes registros.

En el año 1971 se fabricó el primer clarinete con una extensión cromática completa. Curiosamente, éste también fue el año en el que Mozart compuso su famoso concierto para clarinete.

Este alcance cromático significó la explosión definitiva en el desarrollo del clarinete como instrumento completo, hasta lograr el diseño que conocemos hoy en día, y que ha permitido coronarlo como uno de los más versátiles dentro de la familia los instrumentos de viento-madera.

La evolución del instrumento hasta el diseño que conocemos hoy en día, ha propiciado la existencia de dos tipos de clarinete según sea su mecanismo: el sistema Boehm, utilizado ampliamente en casi toda Europa, Asia y América, y el sistema Öhler más empleado en países como Alemania, Austria y algunos países del este.

Cabe decir que, aunque el clarinete se popularizó como instrumento solista o de orquesta, su evolución lo ha llevado a ser protagonista de otros estilos musicales ajenos al mundo clásico, tales como el jazz, la música de las big bands, o el estilo de música “Klezmer”.