Elegir el instrumento musical adecuado para niños

La elección del instrumento musical adecuado no es un asunto banal que deba tomarse a la ligera. Aunque a priori podría parecer que es una decisión fácil de tomar, en ocasiones surgen dudas acerca de si nuestra primera elección es la más adecuada.

Por ello, con el fin de evitar caer en la frustración por una mala elección, vamos a ofrecerte algunos consejos para guiarte en el camino hacia la adquisición de tu primer instrumento musical.

De modo que, tanto si eres alguien que busca hacerse con el mejor instrumento posible para interpretar al fin la música que sueñas, como si eres un padre o una madre preocupados por si la elección del instrumento que desea tu hijo será finalmente la mas adecuada, queremos ayudarte a ver la luz en este pequeño túnel repleto de bifurcaciones.

Tan sólo sigue leyendo. ¡Ah!, y recibe nuestra más cordial bienvenida al fabuloso mundo de la música.

Cómo elegir el instrumento musical adecuado para un niño

Aprender a tocar un instrumento puede ser una fascinante aventura en la que cada niño integre su innata imaginación, la creatividad desbordante que caracteriza siempre a los más pequeños de la casa y su natural curiosidad por los elementos nuevos del entorno. Por tanto, el aprendizaje musical (o el artístico de cualquier otra índole) constituye una de las prácticas más completas a las que puede enfrentarse alguien de corta edad. No en vano, a ese aspecto integral podemos unir otras habilidades que han sido relacionadas con el aprendizaje musical, ya que varios estudios han demostrado que existe una mejora en áreas como la sociabilidad, las aptitudes físicas o el rendimiento académico.

Niña mirando tras una hoja de árbol

1. Evalúa los factores físicos

Hay que tener presente ciertos condicionantes físicos a la hora de escoger el instrumento musical adecuado para alguno de nuestros hijos. Es importante evaluar las posibilidades que ofrecen características como su talla, su peso o la propia envergadura con la que cuenta el niño. En este sentido, la edad es un factor fundamental. Una envergadura elevada facilitará el aprendizaje de instrumento que, por su tamaño, no supondrán barreras a la hora de enfrentarse a la ejecución de los mismos. De igual manera, el peso del niño o su talla pueden contribuir a una mayor capacidad pulmonar y, por tanto, permitir al niño ser un candidato apto para instrumentos de viento como la tuba o el trombón, o decantarse por los de cuerda más voluminosos como el violonchelo.

De modo inverso, los niños más pequeños encontrarán más facilidades frente a instrumentos cuyo tamaño no suponga un escollo a superar y les permita centrarse en los aspectos verdaderamente importantes de su formación.

No tener en consideración los factores físicos puede significar que el niño se enfrente con cierta frustración a los escollos que supone la talla o el tipo de instrumento, algo que abonará, sin duda, el camino hacia el fracaso y el posible abandono de la actividad.

Asimismo, hay que determinar las capacidades motoras y las facultades de coordinación que presentan nuestros hijos e intentar adecuar las mismas a los posibles instrumentos por los que ellos han manifestado interés. Los instrumentos de percusión, son ideales para niños con habilidades de coordinación adecuadamente desarrolladas.

2. Ten en cuenta la personalidad del niño

El carácter de los niños ofrece, en ocasiones, valiosísima información acerca de cuáles serán aquellos instrumentos que mejor encajen con su modo de ser.

En este sentido, si nuestro hijo es alguien extrovertido y sociable tal vez se sienta atraído por instrumentos con un fuerte sonido, que les encauce hacia el momento en que se sentirán verdaderos protagonistas, como la trompeta o el saxofón, o por ciertos tipos de guitarras, como la guitarra eléctrica.

3. Ayúdate de su sensibilidad

Los instrumentos musicales emiten sonidos muy diferentes entre sí, según sea la propia naturaleza del mismo. De este modo, ciertos sonidos más aterciopelados o suaves, serán mejor recibidos por niño sensibles, que aquellos producidos por instrumentos cuyos sonidos son más vibrantes y fuertes.

Tener en consideración el nivel de sensibilidad de nuestro hijo nos ayudará a encauzar la elección de una forma más idónea.

Niños jugando

4. Los estudios musicales no deben ser un capricho de los padres

Ante todo, debemos considerar que no se trata, en último término, de cuáles son los sueños de los padres, sino hacia donde señalan los intereses de nuestros hijos. Un error muy habitual a la hora de iniciar a los más pequeños en el aprendizaje musical es anteponer nuestros deseos como padres (que, aunque legítimos, pueden ser contraproducentes para los niños y su desarrollo musical) a la voluntad manifiesta de los más pequeños.

La elección del instrumento musical debe considerar, por encima de todo, al niño, tener en cuenta sus capacidades, evaluar las limitaciones físicas (si las hay), descubrir sus cualidades psicológicas y, como no, conocer la pasión que revelen por algún instrumento en concreto.

Nuestro deber como padres es reconocer todas esas condiciones que nos revelarán cuál será el instrumento musical que convertirá a nuestro hijo en un verdadero intérprete.

5. Considera las posibilidades familiares.

Quizá éste sea uno de los temas más complejos, ya que va más allá de cualquier consideración relacionada con las preferencias, las características, las cualidades o los deseos del niño, e incluso mucho más allá de los deseos que podamos tener como padres.

Aprender música puede ser, en ocasiones, más caro de lo que inicialmente creíamos, y puede significar un escollo importante a la hora de tomar la decisión de encaminar a nuestro hijo hacia su formación musical.

Infórmate de las opciones de aprendizaje que existen en vuestra ciudad (hay escuelas municipales que ofrecen una formación que es más económica a la de las clásicas academias privadas, sin mermar la calidad de la enseñanza). Evalúa el tiempo que sus clases os requerirán a vosotros como padres (el tiempo de acompañarlos, de esperar el tiempo necesario para que ellos den sus clases y volver a casa). Comprueba si tenéis cerca de casa alguna academia o centro musical y si tus hijos pueden ir a clases por sí solos.

Además, la adquisición de algunos instrumentos puede llegar a ser muy costosa, incluso en los niveles básicos en los que se mueve un principiante. Pero no permitas que eso sea un impedimento. Infórmate de las opciones que ofrecen algunas tiendas acerca de los alquileres de instrumentos. Asimismo, hay escuelas de música que cuentan con un stock de instrumentos que pueden poner a disposición de aquellos alumnos cuyos padres no pueden afrontar el gasto inicial de la adquisición del mismo.

Descubre si existen ayudas económicas para la formación musical y la adquisición de instrumentos musicales.

Por ello, no permitas que las condiciones económicas lastren de un modo excesivo la elección del instrumento.

No obstante, en último término, la decisión os compete a vosotros, evaluando bien las posibilidades y teniendo siempre presente la situación familiar.

6. ¿De qué espacio disponéis en casa?

Otro de los factores a tener en cuenta a la hora de tomar una decisión. ¿Cuál es el tamaño del instrumento elegido? ¿Cuánto espacio hay disponible en nuestra casa para poder alojarlo? ¿Disponemos de un lugar adecuado para que el niño pueda practicar tranquilo? Todas ellas son preguntas que debemos formularnos antes de decantarnos por uno u otro instrumento.

Sin embargo, si alguna de las respuestas es negativa, no significa que necesariamente debamos descartar el instrumento escogido. Infórmate antes si su escuela de música ofrece espacios para que sus alumnos puedan estudiar con tranquilidad. A menudo, existen soluciones fáciles de llevar a la práctica para afrontar las dificultades que surgen.

7. Hay un instrumento adecuado para cada tipo de niño

Sin duda, sabrás si tu hijo es activo y parece no acabar nunca con esa ingente cantidad de energía que lo caracteriza. Y, en alguna ocasión, te has planteado si su carácter inquieto no será un obstáculo a la hora de enfrentarse al reto de aprender a tocar un instrumento, dada la voluntad, paciencia y concentración que se requiere para ello.

Pero debes saber que, incluso para los niños tan inquietos, existen instrumentos que servirán como válvula de escape y vía de expresión para canalizar toda esa efervescente actividad.

Evalúa si tu hijo siente interés por los instrumentos de percusión. Sus características los convierten en candidatos ideales para esa clase de niños y les ayudan a calmar su carácter intenso mediante la práctica diaria. De modo que el beneficio puede ser doble: ellos adquieren el conocimiento musical deseado y, al mismo tiempo, canalizan ese bullir de sus emociones a través de otros canales, más allá de la habitual “manifestación nerviosa”.

Por el contrario, instrumentos como la flauta, el violín o el clarinete (sin obviar algunos menos habituales como el arpa) son un vehículo de expresión excelente para aquellos niños más tranquilos, cuyo carácter encaja mejor con las características de esos instrumentos, y con las habilidades de disciplina, voluntad y paciencia que requiere el aprendizaje musical.

Niños jugando con un columpio

8. Conoce la opinión de un experto

En la medida de tus posibilidades, trata de mantener una charla sobre el tema con alguien cuya experiencia docente en el ámbito musical nos ofrezca una perspectiva distinta de aquella que inicialmente nos pudiésemos haber planteado.

Intenta que el niño conozca al profesor y hable con él acerca de lo que implica para él aprender a tocar un instrumento concreto.

No hay nada mejor, para tomar una decisión adecuada, que la opinión de alguien con experiencia en el sector.

Quizá pueda parecer irrelevante, pero en ocasiones, los niños descubren nuevos horizontes cuando alguien cultivado en una materia en concreto les ofrece todos los datos que nosotros, como padres y ajenos a la materia, podríamos otorgarle.

9. Aprende cuáles son los instrumentos favoritos de tus hijos

A pesar de todo lo dicho hasta ahora, la verdadera naturaleza de la elección del instrumento a tocar proviene de las preferencias del niño. Si existe un verdadero interés y observamos cómo nuestro hijo manifiesta reiteradamente su pasión por un instrumento en concreto (o por algunos), será esa determinación la que podrá hacer frente a todas las dificultades que presente el aprendizaje del instrumento escogido.

No permitas que nada menoscabe la voluntad natural tu hijo. Tan sólo trata de guiarle con toda la información que puedas recabar para que la decisión de tocar un instrumento u otro sea la más adecuada.

Manos infantiles tocando el piano

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